Fuente: Pixabay: Ekologiskt_Skafferi
Cebollas en vinagre caseras fáciles y rápidas
Son muy fáciles de hacer y saben mucho mejor que cualquier cosa que puedas comprar en una tienda.
Ingredientes
- 1 Cebolla roja grande (las cebollas blancas o amarillas también sirven)
- 1 taza de vinagre blanco
- 1 cucharada De azúcar
- 11⁄2 cucharadita De sal
- 1 taza De agua tibia, lo suficiente para disolver el azúcar y la sal
- Otros condimentos que se pueden añadir son semillas de cilantro, granos de pimienta, dientes de ajo, etc., pero son opcionales.
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Procedimiento
Empieza pelando y cortando la cebolla en rodajas finas. Yo he descubierto que una mandolina es muy útil para obtener esas rodajas finas y uniformes, pero si no tienes una, un buen cuchillo afilado te servirá.
En una taza o un bol pequeño, disuelva el azúcar y la sal en el agua caliente, removiendo hasta que no queden gránulos. Así se crea la salmuera que es la base de cualquier proceso de encurtido.
A la solución de azúcar y sal disuelta, añada el vinagre y remuévalo bien.
Si prefiere un sabor extra en sus cebollas encurtidas, no dude en añadir los condimentos adicionales a la solución de salmuera anterior. Tostar las especias de antemano puede potenciar su sabor.
Ahora viene el paso crucial: en un tarro limpio (preferiblemente un mason jar), coloca las rodajas de cebolla en capas. Una vez hecho esto, vierta la solución de salmuera sobre las cebollas, asegurándose de que queden totalmente sumergidas. Con un palillo o un cuchillo para mantequilla, libere las burbujas de aire atrapadas en el tarro.
¡Comienza el periodo de espera! Cierra el tarro y déjalo reposar en la encimera durante al menos una hora antes de refrigerarlo. Recuerda que si lo dejas reposar más tiempo, el sabor mejorará exponencialmente.